Al ajedrez se lo reconoce como el juego máximo y no es simplemente un pasatiempo, es más que una herramienta de aprendizaje para el desarrollo de la mente y que se suele dar en la forma de un juego. Qué afortunados somos en tener un método fácil para ejercitar y desarrollar en nuestras mentes los procesos más profundos del pensamiento y al mismo tiempo entretener el lado simple de nuestra naturaleza.
Es también un desafío sin final. Su espectro se extiende desde “como mover las piezas,” hasta intentar cuantas partidas simultáneas a ciegas podríamos jugar. Obviamente, se necesita una mente altamente desarrollada solo para jugar una partida a ciegas y para la mayoría de nosotros, jugar Ajedrez es mucho mas divertido que usar matemáticas para este ejercicio mental necesario.
Es por eso que los juegos mentales son una herramienta excelente tal para la gente joven y niños. Pueden ser jugados y disfrutados mientras que patrones de pensamientos profundos están siendo desarrollados.
Los beneficios de aprender a jugar al Ajedrez son numerosos. Estudios múltiples demuestran que muy especialmente los niños se benefician, incluyendo:
- Aumenta el rendimiento de la lectura y las matemáticas.
- Impacto positivo en la motivación y logros.
- Mejoramiento en la habilidad del “razonamiento crítico.
- Acrecenta la creatividad y el proceso para resolver problemas.
- Se obtiene una gran confianza en sí mismo y un sentido de apreciación.
- Mejora el pensamiento racional y la paciencia.
El ajedrez representa amplios beneficios en personas de la tercera edad que lo practican, ya que si algo permite es conservar lucidez, buena memoria y capacidad de aprender, a la vez que evita la inactividad mental, enemiga de la inteligencia y por estas razones y otras esta científicamente comprobado que previene la enfermedad del mal de Alzheimer y el de Parkinson es por ello que el PAMI implemento programas de enseñanza de ajedrez para la tercera edad en sus centros de jubilados . Además, considérese que existen grupos de ajedrecistas en centros culturales que propician convivencia e intercambio de ideas, sentimientos o bromas, a los que es fácil integrarse sin importar la edad.